viernes, 6 de mayo de 2016

El aljibe de la Casa de las Veletas


El aljibe de la Casa de las Veletas es uno de los aljibes mejor conservados y de mayor tamaño de toda la Península Ibérica y una maravilla de la arquitectura del agua hispanomusulmana. Es el único resto del alcázar de Cáceres (época Omeya), inicialmente construido sin bóvedas y dotado de decoración en los arcos, hecha de cal que confirma un uso no hidráulico de la construcción. Es posible que su primer destino fuera de mezquita. Una gran reforma en la segunda mitad del siglo XII puso fin a dicho uso, convirtiéndolo en aljibe. En este momento se sellaron las juntas murarias (pared-pared y pared-suelo) mediante boceles; los lienzos noroeste y sureste fueron recrecidos y se alzaron las esbeltas bóvedas que hoy cubren las cinco naves del edificio. Desde que se convirtió en aljibe, la decoración aplicada sobre los revestimientos comenzó un proceso de degeneración imparable hasta nuestros días que ha dejado irreconocibles sus restos. En 1231 cuando Fernando III concede la Segunda Carta de Población a Cáceres, se especifica: “Del alcázar subsisten restos algunos muy notables, como el del aljibe” (Capítulo IV del Fuero de la Villa).
Tras años de abandono se recupera su uso como aljibe, siendo utilizado para abastecer la población a finales del siglo XV. Entre los siglos XVI y XVIII, Lorenzo de Ulloa, propietario de la antigua casa fuerte medieval bajo la cual se encuentra el aljibe, la convierte en palacio que responde al esquema compositivo renacentista para los palacios civiles, dando lugar a la actual Casa de las Veletas. Siguiendo la normativa real, los vecinos de Cáceres siguieron abasteciéndose del aljibe, al que accedían por una puerta creada con tal fin, hoy desaparecida. En la esquina Norte del aljibe se construyó una pequeña estancia separada para separar el agua accesible al vecindario de la exclusiva de los propietarios de la casa. 


Aljibe de la Casa de las Veletas

Después del “redescubrimiento” de la edificación por José Ramón Mélida en 1914, pasado un largo tiempo de abandono, el aljibe fue sometido a diversas reparaciones y reformas durante la primera mitad del siglo XX, algunas de ellas, más recientes, encaminadas a convertir la Casa de las Veletas en Museo Provincial. Se trata de reformas de carácter más “estético” que estructural, aunque las obras llevan paralizadas varios años.


Vista general de la sala sin agua, como fue concevida

El aljibe, con las galerías que le rodean por tres de sus lados, ocupa el centro de la Casa de las Veletas, bajo el patio, por cuyo pavimento penetra el agua pluvial que alimenta el depósito. Es de planta rectangular, de 13.50 x 9,90 m. y 137 m2 de superficie, está cubierto por cinco bóvedas de cañón de ladrillo cuyos estribos se apoyan en dieciséis arcos de herradura y doce columnas monolíticas de granito reaprovechadas, con muros testeros cerrando los lados Este y Oeste. Los muros, cuyo espesor alcanza más de un metro, son de argamasa y mampostería, los arcos, las bóvedas de ladrillo y las columnas de piedra. Las columnas toscanas, labradas en granito, evidencian capitel y basas sencilla, siendo en su mayoría de procedencia romana, y supliéndose a veces por pilares de rodillo. Se aprecia también algún capitel de aspecto visigótico. El pavimento del aljibe consta de un solado de ladrillo más una capa de cal encima. No se edificó sobre roca, como sucede con casi todos los aljibes, sino sobre unos rellenos artificiales construido por el hombre superiores al metro de espesor.


Detalle de traza de arcos de herradura


Me parece que es muy bonito, ya que he estado en Cáceres varias veces y en la casa de las veletas y no sabía que había tantas cosas  interesantes como esta.

Bibliografía:

BUSTAMANTE MONTORO, R et alii.: Sistema constructivo del aljibe almohade de la Casa de las Veletas de Cáceres. Valencia, 2009.
RAMÓN MÉLIDA, J.: Catálogo Monumental de España. Badajoz, 1925.

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