sábado, 28 de mayo de 2016

Palacio de los Duques de Alba, Abadía (Cáceres)


Está declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1931. Ubicado en la localidad extremeña de Abadía provincia de Cáceres. Este palacio fue en un principio una fortaleza utilizada por los templarios, pasando posteriormente a abadía de monjes cistercienses. En el siglo XV el pueblo y el palacio pasaron a manos de la Casa de Alba, transformando el antiguo edificio y convirtiéndolo en palacio. En 1881 la propiedad pasa a la familia del ganadero salmantino de reses bravas Ramón Flores.


19-3.jpg
Abadía de los Duques de Alba en Cáceres
Fue con la Casa de Alba cuando llegó a ser un centro cultural y artístico de gran importancia, academia literaria  de artistas italianos y flamencos, y al que asistieron entre otros Lope de Vega y Garcilaso de la Vega.
El edificio es de planta cuadrada, con un patio central. La fachada principal muestra dos puertas góticas cegadas y una torre en el lado izquierdo, recuerdos del pasado medieval, siendo la puerta de acceso la central, hecha en el siglo XVI. Es rectangular, y sobre ella resalta el escudo de los duques de Alba, ajedrezado, coronado y adornado con banderas humilladas, esculpido en granito.
Desde esta puerta se accede al patio o claustro mudéjar , muy similar al del monasterio de Guadalupe, que constituye lo mas notable de la construcción. Tiene dos cuerpos de arquerías, constituye el cuerpo bajo cuatro lienzos de arcadas, de cinco arcos de herradura apuntada en cada una de ellos, construidos con ladrillo, obra evidente de artífices mudéjares. Se apoyan estos cinco arcos sobre pilares octogonales, de sillería de granito, con capiteles adornados de hojas y bolas .
Esta modalidad de arco, de inspiración oriental, así como la construcción en ladrillo, aquí simulada con pintura, son típicamente mudéjares. La obra se sitúa en el siglo XV, y tiene gran semejanza con el claustro mudéjar de Guadalupe, las cuales se diferencian también de ellas en que sus arcos no son apuntados, muestran la introducción del mudejarismo en la arquitectura monacal. Sobre alguno de los capiteles y del pilar divisorio de los arcos hay una figura esculpida, una cabeza, lo que juntamente con el carácter de los pilares octógonos y sus capiteles, da a entender que parte de la obra de cantería fue hecha por artífices cristianos.

El cuerpo alto se forma con arcos rebajados y pilares sencillos con un plinto por capitel, todo ello de ladrillo. Se evidencia que fue una adición posterior al claustro monacal hecha en el siglo XVI. Así lo indica el carácter de la construcción y el escudo de la Casa de Alba, que en los ángulos, sobre las enjutas y la cornisa, se repite esculpido en piedra. El antepecho abalaustrado de los huecos es de madera.


585_palacio_sotofermoso_5.jpg
Claustro mudéjar
En torno al claustro, en las dos plantas, se disponían las habitaciones, cuyo aspecto original se ha perdido. Una escalera arranca del extremo suroeste del claustro bajo, y en el medio del ala norte existe una puerta que da salida a la huerta actual, que sin duda lo fue del convento y que luego convirtió en deleitoso jardín el gran Duque de Alba.


abadia01.jpg
Claustro mudéjar  en la antigüedad
Las ruinas actuales solo pueden evocar lo que fue esta singular creación, que ya fue significativa en la España del siglo XVI, y estuvo a la altura de las mejores obras de jardinería del Renacimiento europeo, se puede recrear por las referencias que existe del mismo.
Es de extrañar que no quede resto alguno de la iglesia. Podría pensarse que estuviese delante del edificio, y que de sus dos puertas, una, la de la derecha de la fachada, comunicase con el sagrado recinto, y la otra fuese la del convento. Mas si así fue, obligado es convenir en que el matacán que se ve sobre dicha puerta de la derecha para su defensa, fuese añadido acaso en el siglo XV, cuando desapareciera la iglesia y el convento se convirtiera en casa particular.
Hoy se presenta el edificio como una gran casa de campo, con numerosas reformas, que ponen de manifiesto diversas transformaciones a lo largo del tiempo. Este palacio fue conocido porque tuvo una de los mejores jardines renacentistas de España, a la moda italiana del siglo XVI. Fue  obra de  Fernando Álvarez de Toledo, Duque de Alba III , y lo creó como un símbolo del prestigio para exaltar la fama y la figura del gran Duque de Alba. Era un espacio en el que se mezclaban construcciones arquitectónicas, escultóricas, pinturas y estucos, con diferentes especies vegetales, variedad de árboles, juegos y artificios de agua, cenadores y fuentes monumentales. La grandeza del jardín comenzó a deteriorarse sobre 1809, por las tropas francesas.


Foto del jardín a principios del siglo  xx



Bibliografía:
MADOZ, P.: Diccionario Histórico-geográfico de Extremadura, (T. II). Cáceres, 1955.


MÉLIDA, J.R.: Catálogo monumental de España. Cáceres, 1925 

No hay comentarios:

Publicar un comentario